Despues de una rachita muy movida en el hogar mi querido Maleno y yo decidimos que era momento de tomarnos un pequeño oasis de asueto, por el bien de nuestra salud fisica y mental, pero sobre todo por el bien de nuestra relación. Pues mucho estudio, mucho trabajo y poco de vernos y encima a horas intempestivas y bien cansados, acaba por minar a cualquiera, aunque a nosotros todavia no, pero mejor es prevenir que curar.
Asi pues decidimos escaparnos un romantico fin de semana a Roma, antes de las fiestas y justo despues del primer examen de Maleno, para que el estudio no le perturbara. Lo que se dibujaba como un fin de semana tranquilito, resulto ser una pequeña aventura bastante trepidante, y para que nadie se preocupe, adelantaremos que con final feliz.
Para empezar, con emoción , el taxi que debía llevarnos al aeropuerto no se presento, empezamos bien. Asi que decidimos ir en coche , de rallye por supuesto, batiendo el record nada despreciable de 12 minutos desde la puerta de casa a la cola de facturación.
El resto hasta el dia siguiente , transcurrió como un viaje de lo mas normal, en el que yo fui adaptandome como pude a la gran afición de Maleno a la fotografía, ni mas ni menos que 1000 fotografias en 2,5 dias ( bendita era digitale!!!). Bien, como no me quedama más remedio que distraerme sola mientras el hacia la misma foto 45 veces, " Piedeestatuaenfocadoconfondo desenfocado-piedesenfocadofondoenfocado-uñadepiedeestatuaparaprobarmacro- gotadeaguaen piedeestatuay un largoetc...", empece a pasear a mi rollo por la iglesia de San Pietro In Vincoli, muy conocida porque en ella se encuentra el famoso Moises de Miguel Angel y las cadenas de San Pedro. Despues de contar los eslabones de las cadenas del primer Pontifice, y las venas de las piernas del Moises y calcular por la seccion mentalmente el flujo sanguineo que por ellas debia pasar, y viendo que Maleno seguia absorto en la mano de una estatua de una monja, empece a analizar las brillantes y desgastadas placas de marmol del suelo, no eran muy grandes, lo que me hizo pensar que les debio llevar tiempo encajar todo aquello. Iba pisando y comprobando el ruido que hacian dichas placas al pisar, cuando de repente!!!! una sono diferente, !Hueca!! Se mueve!!!! madre mia que se rompe esta iglesia!!! Como nadie miraba, porque todos tenian puesta una camara de fotos delante del ojo me decidi a intentar levantar la baldosa, no pesaba tanto como yo creía y alli lo vi, un brillo dorado precioso, era una especie de doblón o medallon de oro. Lo cogi y lo guarde en el bolsillo si atreverme a mirarlo, coloqué de nuevo la baldosa y no dije pío. Más tarde comprobé que se trataba de un ,medallón que tenia por un lado la imagen de una abeja y por otro un sol...La verdad es que era precioso , pero lo más impresionante era la emoción de mi hallazgo!
Continuara...