jueves, 17 de mayo de 2012

Wait a minute Mr. Postman

Ayer tuve una especie de regresión. Mi madre me hizo prometer que en vacaciones dedicaría una tarde a vaciar mi antiguo cuarto y ya era hora, despues de 12 años vagando fuera del nido paterno, era momento de liberar a mis pobre padres de esa bazofia que todos guardamos y que nos da pena tirar. Fue todo un acontecimiento. Salió de todo, todo, ante los estupefactos ojos de mi madre, muñecos, fotos, carnets ( incluido el del Blockbuster Rest In Peace),fotos de todas las épocas, libros, hasta una bolsita con cigarrito de la risa y un desmenuzador, menos mal que todo con perspectiva pierde gravedad. Pero lo que más me ha impresionado es encontrar 3 cajas de zapatos llenas de esos articulos en peligro de extinción llamados "cartas" , si cartas manuscritas, que tendremos que explicar a nuestros hijos en que consistia eso de la correspondencia y esperar mínimo una semana para saber la reacción de alguien al leer una carta. El caso es que en un principio pense tirarlas pero luego.. cometí el error o no, segun se mire, de empezar a leerlas y.... todo cambió, cartas de amigas, cartas de amores, cartas de amigos, cartas de familia... y de repente esa sensación en la tripa de mis veranos en Inglaterra cuando entraba la señora de la familia y pronunciaba esas palabras mágicas - Isa, you´ve got mail- y no se refiere a un email, para los jovenes castores, si no a un artefacto llamado sobre y relleno de papel, todo para ti, privado, secreto, misterioso, con noticias que en cualquier caso iban dirigidas exclusivamente a ti, cosa que cuando te encuentras en un país extraño es muy emocionante, la sensación de correr hacia un buzón, la decepción de verlo vacío, pero la alegría de ver un  pequeño sobrecito escrito a mano!! Eso no tiene precio. Aún hoy sigo corriendo al buzón, e incluso en el trabajo a veces salgo como en esa canción de Mr. Postman, que da titulo al post y grito,-hay algo hoy?-
Hoy dia el correo ya solo trae facturas y publicidad, pero aun a veces, hay seres especiales como mi amiga Belén que te alegran el día con una tarjeta navideña y te recuerdan esa maravillosa sensación que te hace pensar-alguien se ha acordado de mi, ha escrito, ha comprado un sobre , ha ido a correos ha comprado un sello y ha enviado una carta solo para mi- con la magia que implica que dos días atrás y sin que tu supieras nada alguien estuviese encadenando todas estas acciones para hacerte un poquito más feliz. ¿No es maravilloso?
Y sin hablar de algunas cartas encontradas de gente que ya no está con nosotros, que maravilla, emocionante y triste al final. Nunca he entendido mucho eso de que la gente no muere si no que vive en nuestros corazones, hasta que ayer encontré cartas de mi abuelo, escritas por él, quejandose de que mi abuela no le deja sitio en las postales,y contandome cosas de su veraneo, o de mi tia Chari que me cuenta cuanto trabajo tiene, de mi tia Maribel, siempre tan cariñosa y animada, haciendo un montón de planes, de mi Abuela Maribel con una letra preciosa y un discurso totalmente lógico y correcto que me costaba recordar al verla hoy en día, pero sin duda la que más me ha impresionado ha sido una tarjeta de mi tío Carlos, desde el cesped de Central Park en Nueva York, esa ciudad que amo con todas mis ganas, y contandome que por fin lo había hecho, había ido a NY, y fue como tenerlos a todos conmigo un ratito, verme a mi misma con los ojos de la persona que recibió esas cartas que es bastante diferente de la persona que soy hoy , aunque con una base común y darme cuenta de que pocas cosas hay tan intimas y personales como la letra de una persona, rasgo que la define, precede,presenta y sobrevive. Ayer si noté que somos inmortales, totalmente inmortales, por lo que hacemos y por si a alguien se le olvida, por lo que escribimos, asi que haceros un favor y si quereis a alguien de verdad, pedidle que os escriba algo, una receta de cocina, un poema, una canción, una carta, algo , de forma que podais guardar ese secreto con esa persona para siempre, y por supuesto haced lo mismo por él/ella, escribidle algo, porque es la manera de perdurar y de que un día podamos pasar una tarde feliz rodeados de tinta y polvo, que es como un café con los que no podemos ver a menudo.
Y no os canseis de preguntar Sr. Cartero, puede mirar si hay alguna carta para mí? , a veces y cuando menos te lo esperas la respuesta es si.